Jinetes militares, y allegados, de ayer de hoy y de mañana.
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JINETES DE TODOS LOS TIEMPOS
Cabalgar, cabalgar, cabalgar,
el día, la noche, el día.
Cabalgar, cabalgar, cabalgar...
En mi derredor se hizo el silencio. Y la soledad.
Arturo me prestó el "Hongo" para el Campeonato de España de Juveniles en 1973. El día de la final, en medio de un doble de fondos, el caballó se alcanzó en una mano y se me escapó, saliendo yo por los aires y aterrizando de cabeza contra las barras del segundo fondo. Me levanté, recuperé el caballo, le puse la cabezada, me subí y terminé el recorrido sin una sola falta, incluidos la ría y el triple. Resultado: Eliminado por exceder el doble del tiempo concedido. Yo no me hice daño porque tengo la cabeza muy dura, pero el caballo sí: al día siguiente estaba cojo perdido, pero ese día, a pesar del dolor, terminó el recorrido como un tigre. Era genial y rebosaba clase.
1 comentario:
Arturo me prestó el "Hongo" para el Campeonato de España de Juveniles en 1973. El día de la final, en medio de un doble de fondos, el caballó se alcanzó en una mano y se me escapó, saliendo yo por los aires y aterrizando de cabeza contra las barras del segundo fondo. Me levanté, recuperé el caballo, le puse la cabezada, me subí y terminé el recorrido sin una sola falta, incluidos la ría y el triple. Resultado: Eliminado por exceder el doble del tiempo concedido. Yo no me hice daño porque tengo la cabeza muy dura, pero el caballo sí: al día siguiente estaba cojo perdido, pero ese día, a pesar del dolor, terminó el recorrido como un tigre. Era genial y rebosaba clase.
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